Carapaz al mando
Fotografía por: Getty Images
La SuperSix se lanza con la gloria en el Giro.
El Giro no repartirá gloria. Debes tomarla, preferiblemente mientras el pelotón aún recupera el aliento. En la etapa 11, Richard Carapaz tomó el control. Anunció su intención, dominó la subida y llegó a la cuidad Italiana de Castelnovo ne'Monti con su SuperSix EVO LAB71 Team Edition, con tiempo de sobra y una declaración hecha.
El Giro de Italia 2025 ya había ofrecido su dosis de drama, pero la Etapa 11, un recorrido brutal de 186 km desde Viareggio hacia los Apeninos tena todos los ingredientes de un punto de inflexión. Con un ascenso de Categoría 1 en el punto intermedio y dos desgastantes ascensos de Categoría 2 cerca del final, se esperaba que sacudiera la clasificación general. Cumplió con esa promesa. Carapaz se aseguró de eso. Cuando la escapada fue alcanzada en la última subida -Pietra di Bismantova- no fue caótico. Fue un cálculo.
En la línea de meta, no levantó los puños al aire. No lo necesitaba. La aceleración hablaba por sí misma: fue una declaración táctica ejecutada con fría precisión a bordo de la misma SuperSix EVO que ha llegado a definir el ciclismo de carrtera moderno. Ligera ágil y hecha para momentos como este, momentos en que el instinto se encuentra con la ingeniería a 60 km/h.
Marcó la cuarta victoria de etapa de Carapaz en el Giro, pero la primera desde 2019. Más que una victoria, fue un recordatorio, para los rivales, los aficionados y quizás para él mismo, de que sigue siendo un factor a considerar. Ahora está sexto en la clasificación general, pero lo pero lo más importante es que está corriendo como alguien con asuntos pendientes. A medida que la Etapa 11 quedaba atrás y el Giro avanzaba hacia su segunda mitad, el pelotón no tuvo más remedio que enfrentarse a lo que habían visto: un corredor al mando, un equipo inteligente y una máquina hecha para momentos que importan. Richard Carapaz recalibró la carrera.
Cannondale en control.