La segunda para Mona en Les Gets
¿Puede una carrera de la Copa del Mundo de mountain bike XCO ser previsible pero a la vez emocionante? Cuando Mona Mitterwallner está en la parrilla de salida, sí.
Era predecible, porque la corredora de 21 años se ha mostrado muy dominante en las últimas carreras.
Pero precisamente por eso también fue muy emocionante: por lo dominante que se mostró.
Y, sin embargo, parecía los astros se habían alineado en esta carrera para plantear nuevos desafíos a Mona. Está claro que el mal tiempo y las malas condiciones del recorrido no son un problema para la fenómena austríaca ni su Scalpel LAB71. Lo demostró recientemente con sus victorias en la embarradas Copa del Mundo de Andorra y Campeonato del Mundo de Maratón en Escocia. Y si los elementos no son los que le afectan ¿qué factores pueden complicarle las cosas en carrera?
Apenas 48 horas antes, Mona disputó el short track entrando 6ª en meta con unas fuertes molestias estomacales, algo que ya no cesaría durante todo el fin de semana y que padecía cuando se colocó en la línea de salida de la prueba de XCO. Pero Mona sabía lo que tenía que hacer y trató de concentrarse en el propósito por el que estaba allí: conseguir otra victoria en la WC.
Y lo hizo.
Amaneció un bonito y seco día en los Alpes franceses, preparando un terreno estupendo para la carrera. Como es habitual en ella, Mona mantuvo la calma desde la salida. Fue evolucionando poco a poco por el circuito, abriéndose paso de forma constante hasta llegar a la parte delantera del pelotón, para acabar rompiendo el grupo junto a la vigente Campeona del Mundo Pauline Ferrand-Prevot y la holandesa Puck Pieterse. El trío iría aumentando lentamente su diferencia sobre las demás corredoras durante las siguientes vueltas. Hasta aquí parecía una carrera como cualquier otra.
Pero Mona simplemente estaba esperando su momento, aguardando como una leona al acecho. Y éste momento llegó en la tercera vuelta. A mitad de subida por el tramo que cruza el bosque, el sendero se dividía en dos durante unos diez metros para luego volver a juntarse. Y ahí fue donde Mona dinamitó la carrera con su Scalpel LAB71, tomando la bifurcación de la derecha. Cuando los senderos volvieron a unirse, Mona ya había abierto hueco. Pieterse y Ferrand-Prevot ya habían visto esto antes, pero aún debíeron quedarse un poco desconcertadas: En cuestión de segundos, Mona se había ido.
Cuando llegó a la meta, había realizado la vuelta más rápida del día y había sumado una enorme diferencia de 38 segundos con respecto a Pieterse, segunda clasificada. Más ventaja que los 33 segundos de margen con los que ganó su primera Copa del Mundo en Andorra.
Previsible, pero emocionante.
Viéndola levantar su Scalpel por encima de la cabeza después de cruzar la línea de meta, nadie se hubiera imaginado que se encontraba mal del estómago.
"No me sentía muy bien después del short track", admitió Mona tras la victoria. “Lo di todo... pero la recuperación no fue muy buena para el día de la carrera. Pero como dije antes, logre ganar el juego mental contra mi propia cabeza, y me centré en dejar las emociones a un lado y seguir pedaleando."
"Parece que mi cabeza es más fuerte que mi cuerpo", añadió. "Y eso me da mucha confianza".