Euforia en Emporia
Lachlan Morton gana la Unbound Gravel y establece un nuevo récord en la prueba con su SuperSix EVO SE.
Unbound Gravel. Oficialmente, se la conoce como Life Time Unbound Gravel 200. Pero también se la conoce como la “Super Bowl” de las carreras de gravel, un evento capaz de atraer no sólo a los mejores del país, sino también a los de todo el planeta.
La carrera comienza y termina en la pequeña ciudad de Emporia (Kansas, Estados Unidos), recorriendo las pistas de la región, un evento dividido en tres distancias: 100, 200 y 350 millas (160, 320 o 564 Km). En esta última edición, se dieron cita en la línea de salida ciclistas de primer orden como ganador de una etapa del Tour de Francia Matej Mohorič o el campeón de la París-Roubaix Greg Van Avermaet, pero también ases de otros deportes como el piloto de Fórmula 1 y ciclista empedernido Valtteri Bottas.
Numerosos medios de prensa, patrocinadores y aficionados acuden desde todo el mundo. Una victoria aquí te da derecho a presumir toda la vida. Antiguos corredores de Cannondale como Kaitie Keough, Alison Tetrick y el actual corredor de Cannondale Ted King, que la ha ganado ya dos veces, pueden dar fe de ello. Y ahora podemos añadir a Lachlan Morton a esa lista.
Este año era el cuarto intento de Morton de hacerse con la victoria en la prueba original, la de 320 kilómetros, en la que su mejor resultado había sido un tercer puesto en 2023. El sábado 1 de junio a las 6:30 de la mañana se dió el pistoletazo de salida, y el corredor de 32 años partió entre los favoritos, junto a un grupo de 1.028 corredores. Por suerte, las previsiones de lluvia no se cumplieron y el día se desarrolló bajo un cielo cálido, despejado y soleado.
Cuando sólo habían transcurrido 8 kilómetros, el danés Tobias Kongstad se colocó en cabeza, acompañado por otros tres corredores, una escapada que se las arregló para mantenerse en cabeza durante los primeros 130 kilómetros de carrera. A medida que avanzaba la jornada, fueron apareciendo los problemas habituales: calambres, caídas e incidentes mecánicos, incluidos muchos pinchazos, algunos sufridos por corredores punteros como el subcampeón del año pasado, Petr Vakoc.
En cabeza se formó un numeroso grupo, de unos 60 corredores, adecuado para mantener un alto ritmo pero malo para ejecutar tácticas de carrera individuales. Cuando pasó por el ecuador de la carrera, llamado Little Egypt, llevaba una marcha endiablada. Morton ya había saltado una vez, intentando dar caza a los cuatro líderes, pero el viento en contra y una equivocación en un cruce, se lo puso fácil al grupo para alcanzarle de nuevo.
Esos vientos constantes, y las suaves colinas de Kansas, continuarían después del punto de control intermedio durante otra hora antes de que el estadounidense Chad Haga moviera ficha. "Sabía que él era el compañero de escapada con el que quería estar", comentaría Morton más tarde, explicando su decisión de perseguir a Haga, acompañado por el profesional holandés Thijs Zonneveld.
Sin embargo, Zonneveld fue perdiendo fuelle gradualmente a lo largo de los siguientes kilómetros, dejando a Morton y Haga luchando por los dos primeros puestos. Mientras tanto, el grupo perseguidor principal se había reducido a unos 25 corredores. Otro grupo de cuatro se lanzó a la persecución de Morton y Haga al paso del kilómetro 240, pero no lograron acercarse.
Haga y Morton tiraron a relevos durante el último cuarto de la carrera. Al culminar el último ascenso importante, su ventaja se había reducido hasta 1:55, pero los últimos 44 Km que quedaban eran relativamente llanos, y se pusieron a trabajar a relevos para ampliarla a 2:46.
Sin embargo esta colaboración aseguraba, si nada cambiaba en el último momento, una llegada al sprint. Cuando Haga y Morton entraron en la calle principal de Emporia en dirección a meta, flanqueada por los gritos de los aficionados y el estruendo de los cencerros, el ritmo del codo con codo fue “in crescendo” hasta desembocar en uno de los sprints finales más emocionantes que jamás se hayan visto. Morton superó a Haga por un segundo en la línea de meta, con el brazo en alto y gritando eufórico.
"Creo que he tenido suerte, porque sólo me he visto en llegadas así en un par de ocasiones. Es posible que los errores que cometí en las anteriores me hayan ayudado a ganar hoy", declaró Morton tras la carrera. "Para ser sincero, pensaba que ganar aquí ya estaba fuera de mi alcance. El nivel no para de subir, y yo me hago mayor. Estoy muy contento de cómo ha salido todo hoy".
Morton sería el primero de los dos corredores del Cannondale en ganar ese día. Unas horas más tardes, la medallista de oro paralímpica Meg Fischer entraría triunfadora en meta en la versión de 320 Km en la categoría de mujeres paraatletas, a bordo de su Topstone.