El Hammer irlandés golpea
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Ben Healy gana en solitario la Etapa 6 sobre la superSix EVO
Algunos paseos se planifican. Otros se sienten. Este—este nació en la sangre.
La Etapa 6 del Tour de Francia aún no había terminado de despertarse cuando Healy hizo su movimiento. Un movimiento en el pelotón. Un giro de los manillares. Bayeux aún detrás y la escapada ya sobre sus hombros. La SuperSix EVO LAB71 sirviendo como su corcel, la persiguió como un fantasma que solo él podía ver. No por suerte. No por casualidad. Algo sagrado. Algo ganado.
Durante 60 kilómetros, la escapada tomó forma, se fragmentó y se reformó nuevamente. Cuando se asentó, llavaba la marca de un ciclista que no estaba dispuesto a esperar. Healy pedaleó con el peso del silencio, luego lo rompió completamente a falta de 42 kilómetros, sin una mirada, un gesto o una inclinación. Una chispa, un girode los pedales, y el largo camino hacia Vire por delante.
Su SuperSix EVO LAB71 llevaba más que velocidad. Llevaba un nombre. Llevaba una historia. Y hoy, lo impulsó más allá del pelotón, más allá de los perseguidores, y hacia los brazos abiertos de una solitaria línea de meta.
Para cuando cayó la bandera, Irlanda había encontrado su rugido nuevamente. Cinco años desde la última victoria de etapa del país. Pero nunca así. No con esta crudeza. No con esta valentía.
Un ciclista al mando.
Una máquina hecha para la misión.
Un día que pertenece a Ben.
A Irlanda.
Sláinte.